Vedat llega a la empresa de los Derenoglu para firmar un acuerdo comercial. Han, además de romper cualquier tipo de negociación con él, le exige que salga de su compañía de muy malas formas. Al regresar a su casa, Vedat le cuenta lo ocurrido a su esposa y le afirma que si Han se enfrentó a él de forma tan violenta es porque Rüya es su amante: “Seguro que le dijo cosas feas de mí para ponerle en mi contra”.

Ufuk toma entonces la decisión de visitar a los Derenoglu y les exige a todos que se alejen de Rüya, en especial a Han: “Ella es solo una niña y no permitiré que te aproveches de ella”. Derenoglu trata de hacerle entender a la señora que la única persona que lleva años dañando a su hija es Vedat, pero esta no quiere escuchar ni una palabra. Se niega a abrir los ojos.

La necesidad de ir a terapia

Por otro lado, Gülben no sabe si seguir adelante con su plan de casarse en secreto por Esat. La chica sigue haciéndose pis en la cama y no se siente preparada para ser la esposa de nadie. Además, le duele hacer una ceremonia en la que ningún miembro de su familia estará cerca de ella. La joven visita a su psicóloga con la esperanza de resolver el conflicto interno en el que se ve inmersa. Este le aconseja que, por una vez, piense en lo que quiere hacer, dejando a un lado a otras personas: “Céntrate en ti”.

Safiye, consciente de los planes de su hermana, saca las cosas de su cuarto y dejarlas en el pasillo de su edificio: “Si le importamos tan poco como para hacer una boda sin nosotros, que se vaya de aquí”. Cuando Gülben llega y ve todas sus pertenencias fuera de lugar, se enfrenta a Safiye y le deja claro que hasta ahora permitió que pagara su frustración con ella: “Esta es la última vez que me humillas, que te quede claro”

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