La relación que mi madre tiene con la ropa y las tendencias no es para nada anticuada y mucho menos lo es su vocabulario al respecto. Domina el lenguaje de la moda tanto o más que una servidora y a ella me encomiendo cada vez que me topo con conceptos – hechura, sisa o galón – que mi mente es incapaz de retener. Eso sí, en ocasiones discrepamos: lo que para ellas son unos vaqueros pitillo, para mí son unos skinny; lo que para mí son unos pantalones 'Slouchy', para ella son unos bombachos de toda la vida. De la misma forma, lo que para ella son unos botines camperos de tacón cubano para mí son claramente unas botas cowboy. Pero siempre nos entendemos; al fin y al cabo estamos hablando de la misma prenda. 

En ese sentido y asumiendo que mi caso personal puede hacerse extensible a todas las madres (o abuelas, o hermanas mayores) del mundo, lanzo la siguiente pregunta: ¿qué más da si nos referimos a botines camperos en vez de cowboy cuando lo importante es atesorarlos y llevarlos?

© Cortesía de Brownie

Ya lo digo yo: es indiferente porque lo primordial es pasarse por Brownie y hacerse con el par de botines de factura cowboy y antelina marrón que ha enloquecido – literalmente – a las chicas más estilosas de Barcelona y Madrid. O eso nos confirman desde la propia marca. "Es el calzado estrella", han dicho al respecto de estos zapatos disponibles en sus tiendas por 89,90 euros.

© Cortesía de Brownie

Aunque la moda de otoño se ha encargado de enseñarnos sesudamente cómo pueden llevarse los botines camperos (que, resumiendo, vendría a ser con todo, desde vaqueros rectos, minifaldas, vestidos de flores o pantalones de vestir), también hay que tener en cuenta la propuesta estilística de Brownie: una falda satinada de estampado animal y una blusa de tirantes finos. Eso sí, a estas alturas del año una cazadora biker sería más que necesaria para redondear el look.

¿Qué más decir al respecto? Que entiendo perfectamente a catalanas y madrileñas: estos botines son chiflantes y apetecibles.

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