Brad Pitt tiene los vaqueros (de mujer) más en tendencia del otoño
Cuando el miércoles por la noche salí del cine después de ver 'Once Upon a Time in Hollywood' (Quentin Tarantino, 2019), sentí que mi único proyecto vital de ahora en adelante era convertirme en la imagen viviente de Margot Robbie invocando a su vez a Sharon Tate. A las dos de la madrugada y después de casi tres horas de inmersión en la estética de los años setenta (impecablemente lograda, dicho sea de paso), tal fue mi lucidez nocturna. Lo primero que hice a la mañana siguiente fue llamar a mi peluquería de turno – debía aclarar mi rubio y cortarme un palmo de melena – y entrar en la página web de &Other Stories para hacerme con unas botas altas. Por suerte, las minifaldas y los jerséis de cuello vuelto ya estaban en mi armario. Fue a lo largo de ese día cuando me di cuenta que, en plena adulación a Sharon Tate, me estaba olvidando de otra premisa estética aprendida en la película de Tarantino e igualmente importante: que los vaqueros rectos de toda la vida también vuelven.
Y no era precisamente Margot Robbie en su papel de Tate quien devolvía estos pantalones a la primera línea de la moda, sino el mismísimo (y guapísimo) Brad Pitt.
Fotograma de ‘Once Upon a Time in Hollywood’ de Quentin Tarantino. © Cordon Press
En el filme, Brad Pitt es Cliff Booth, un doble de riesgo que viste con vaqueros rectos, camisas hawaianas y cazadoras también vaqueras. En concreto, el vestuario de Pitt es de la firma Wrangler. El éxito de los vaqueros setenteros y de la película coincide con el relanzamiento de una de las colecciones más apetecibles de la marca de vaqueros, su línea Icons. En ella están todos los modelos de cazadoras, camisas y pantalones con más historia y rollo de la marca que han sido adoptados por personajes como Mick Jagger o Debbie Harry (Blondie).
© Cortesía de Wrangler
En concreto, son estos últimos los que más nos atraen. Son rectos, de tiro alto y de un azul índigo de manual, o lo que viene siendo lo mismo: ideales. Y cuando digo que son ideales lo hago asumiendo la magnitud de mis palabras: son una silueta atemporal, favorecedora y capaz de combinar con todo. Sí, también con las botas altas y el jersey de cuello vuelto que hicieron de Sharon Tate mi referente otoñal de estilo.
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