El 10 de septiembre de 1969, el diseñador francés Yves Saint Laurent inauguraba su primera tienda en Londres, sumida entonces en plena estética Swinging Sixties. El código de vestimenta impuesto – o no – se valía de vestidos y faldas de largos muy mini (cortesía del diseño revulsivo y juvenil de Mary Quant y Pierre Cardin) y botas de caña alta. Las modelos Jean Shrimpton y Twiggy se paseaban por las calles londinenses vestidas de esa guisa así que no es de extrañar que las turistas influyentes que acompañaron a Saint Laurent emularan el mencionado estilismo. La compañera de viaje del francés fue Betty Catroux, quien dejó una imagen (y un look) para el recuerdo que hoy se antoja más en tendencia que nunca.

Un vestido corto y una bota alta hicieron de su aparición una absoluta inspiración para sus contemporáneas pero no solo. Y es que la estela de su elección llega hasta esta temporada, marcada por el coqueteo estilístico entre ambos largos opuestos. Que se lo digan, si no, a Zara y a Stradivarius.

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Sus colecciones no hacen otra cosa que invocar a Betty Catroux y recordarnos cuán estiloso es combinar un minivestido – ya sea ajustado, floral, fluido… – con las botas más significativas y virales de la presente temporada, las negras por encima de la rodilla. Convencernos de suscribir esta tendencia en apariencia demasiado fashionista es tan fácil como bucear a placer por la siguiente galería donde están los diez vestidos cortos de Stradivarius y Zara más aptos para llevar con botas altas. Estamos seguras que nuestra selección afilará adeptas.

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