Tras el nacimiento de Shaila por gestación subrogada, en 2017 Tamara Gorro cumplía su sueño de quedarse embarazada y poder gestar ella misma a su bebé. El 15 de diciembre de ese mismo año, la ‘influencer’ y su marido, el futbolista Ezequiel Garay, daban la bienvenida a su segundo hijo: Antonio. La llegada de un nuevo miembro a la familia colmó de felicidad a la pareja, pero desde entonces Tamara ha ocultado una secuela del embarazo, de la cual ya se ha tratado para erradicarla de su rostro.

La segoviana ha confesado haber sufrido hirsutismo facial, un daño colateral que consiste en el nacimiento de una gran cantidad de vello en la cara. Las consecuencias comienzan a notarse en la recta final del embarazo, aunque actualmente existen tratamientos para acabar con ello. Tamara ha recurrido a uno de esos tratamientos para lucir de nuevo la piel anterior a la gestación, y así lo ha hecho saber a sus seguidores a través de su Instagram Stories. «Vengo de hacerme el láser, porque ¿os acordáis de que me salió mucho pelo en la cara por lo del embarazo? Ya no tengo nada y me va muy bien, la verdad», ha explicado la ‘influencer’.

De esta manera, Tamara vuelve a presentar una piel estupenda, y haber podido eliminar este problemilla de raíz supone un respiro y otro motivo de felicidad para ella. A pesar de este pequeño inconveniente fruto de la gestación del pequeño Antonio, la mujer de Ezequiel Garay no puede estar más contenta de haber traído ella misma a su hijo al mundo, pudiendo así experimentar todo el proceso del embarazo y el parto que no fue posible con su primogénita.

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