La bailarina cubana Alicia Alonso, una figura legendaria de la danza clásica, falleció este jueves en La Habana a los 98 años, ha informado un representante del Ballet Nacional de Cuba (BNC). Alicia Alonso (cuyo verdadero nombre era Alicia Ernestina de la Caridad Martínez del Hoyo) ingresó este jueves en un hospital de La Habana por una bajada de la tensión arterial.

Pese a su avanzada edad y a la ceguera casi total que sufrió por largos años, incluso en su época de bailarina en activo, Alonso se mantuvo pendiente de los escenarios hasta el último momento a la cabeza de la compañía, con gran prioridad en la supervisión. En su última visita a Barcelona el verano pasado, la impulsora del BNC no acompañó a su equipo debido a su delicado estado de salud. Son muchas las ocasiones en que el BNC ha visitado Barcelona, haciendo del Tívoli su casa. Pero en esta última ocasión Alonso, que había luchado por la danza y la había llevado a lo más alto, tuvo que hacer caso de los médicos a su pesar.

Alonso fue una de las primeras bailarinas occidentales invitada a bailar en el Teatro Kirov (hoy de nuevo Mariinski) de Leningrado y el Teatro Bolshói de Moscú en plena Guerra Fría, desde diciembre de 1957 a febrero de 1958 bailando Giselle y Lago de los cisnes. Por una ventana la vio ensayar un estudiante llamado Rudolf Nureyev y no se reunieron en escena hasta la gala de Palma de Mallorca al final de las carreras de ambos, en 1990, respaldados en escena por el canto de Victoria de los Ángeles.

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