De la pulsera que le regaló a su hermana Jackie a los muebles de sus casas: los tesoros de Lee Radziwill, a la venta

Ocho meses después de su muerte a los 85 años, los tesoros de Lee Radziwill, la hermana de la ex primera dama de los Estados Unidos Jacqueline Kennedy, salen a la venta. El próximo 17 de octubre, Christie’s celebrará en su sede de Nueva York la subasta de algunos de los enseres más personales que esta legendaria socialite acumuló durante años en sus diferentes residencias de Londres, París y Nueva York. Amiga de diseñadores como Oleg Cassini e Yves Saint Laurent, era considerada una de las mujeres más elegantes del mundo y su belleza fue retratada por los mejores fotógrafos y artistas del siglo pasado, como Cecil Beaton, Richard Avedon, Andy Warhol o Ron Galella. Martina Mondadori, editora de la prestigiosa revista de interiores Cabana, fue una de las personas que más la trató durante sus últimos años. "Lo que me impresionó de Lee fue su ojo instintivo para la calidad y la belleza. Ella no se conformaba con la mediocridad o el cliché, siempre quería descubrir", ha comentado la experta.

Quienes estén interesados en llevarse a su casa un trozo de la vida de esta mujer, nacida Caroline Lee Bouvier y apellidada Radziwill desde su boda con el príncipe polaco Stanislaw Albrecht Radziwill, tendrán la oportunidad de pujar desde por una biblia que la regaló su madre, la socialite Janet Norton Lee, un año después del divorcio de su padre, el banqueroJohn Vernou Bouvier III, a diversos telegramas que le mandaron amigos como la productora Irene Selznick en su debut como actriz en The Philadelphia Story. Sin embargo, son sus recuerdos junto a su hermana mayor y el marido de ésta, John F. Kennedy, los que más interés están suscitando. En concreto hay un álbum fotográfico de la visita de las dos hermanas Bouvier, Jacqueline y Lee, a la India en 1962 estimado entre 40.000 y 60.000 dólares, así como otra colección de imágenes de su viaje a Lahore (20.000-30.000 euros) o el periplo del presidente asesinado en Berlín Este en 1963 (20.000-30.000 dólares).

Se trata de una subasta muy emocional y llena de recuerdos. Además de las joyas de Yves Saint Laurent o Chanel que Lee atesoró a lo largo de su vida y de una extensa colección de gafas de sol –desde Miu Miu a Courrèges–, su heredera, su hija Anna Christina Radziwill, también quiere desprenderse de una pulsera que Lee le regaló a su hermana Jacqueline con motivo de su 20 aniversario y que está valorada entre 1.000 y 1.500 dólares. A su vez, entre las pertenencias hay vajillas de Limoge, sofás, sillas de Luis XVI… y obras de arte, como unas maquetas de los planos de su casa de Londres realizados por el célebre interiorista Renzo Mongiardino (20.000-30.000 dólares), una pintura de Jacques Laurent Agasse o varias creaciones del artista Peter Beard, quien fuera novio de juventud de Lee. También se venden primeras ediciones de libros de Cecil Beaton o de Truman Capote.

Lee fue uno de los llamados "cisnes" del célebre autor de A sangre fría, nombre que recibió el grupo de damas de la alta sociedad neoyorquina que se reunían en torno al escritor para hablar de sus vidas de ensueño. Lee y Truman tuvieron una amistad muy cercana. Este año también han fallecido otros tres cisnes : Marella Agnelli, Gloria Vanderbilt y Jane Wrightsman. A pesar de que era una estrella en sí misma, cuyo brillo no solo deslumbraba en los salones de Manhattan sino también en los cenáculos de la élite internacional, Lee nunca pudo eclipsar a su hermana Jackie. La competencia entre ambas comenzó cuando ambas eran muy jóvenes: desde muy pronto su padre manifestó su predilección por Jackie. "Siempre estuvo a favor de ella. Es algo que estaba muy claro para mí (…) Después lo entendí porque tenía razones para ello. Se parecía a él físicamente y eso a mi padre le hacía sentirse muy orgulloso", dijo Lee en una entrevista a Vanity Fair.

Lee, cuatro años menor que Jackie, se casó primero. Lo hizo en abril de 1953 con el editor Michael Temple Canfield, de quien se divorció en 1959. Solo unos meses más tarde, en septiembre de 1953, Jackie le dio el sí, quiero a John Fitzerald Kennedy, entonces senador de los Estados Unidos por Massachusetts, en la iglesia St. Mary de Newport, en Rhode Island. La boda fue considerada como el evento social de la temporada. El 19 de marzo de 1959, Lee contrajo matrimonio con Stanisław Albrecht Radziwiłł, un príncipe polaco que se había separado de su segunda esposa, Grace Kolin, para poder casarse con ella. Tuvieron dos hijos: Anthony Radziwiłł y Anna Christina Radziwiłł.

La pareja se instaló en Londres y cuando su hermana se convirtió en primera dama de Estados Unidos, las diferencias quedaron a un lado. Lee fue la sombra de Jackie. "Tenía que viajar mucho y le gustaba tenerme a mi lado", recordó en una entrevista. "Aparte del afecto mutuo, lo que más nos unía era el sentido del humor. Viajaron por todo el mundo y Lee fue un gran apoyo para Jackie tras el asesinato de su marido. Sin embargo, las rencillas volvieron a aparecer. Las dos tuvieron un amor en común, el del magnate griego Aristóteles Onassis. Primero fue Lee y después la ex primera dama de EEUU, quien terminó casándose con él. Gore Vidal dijo que “las relaciones entre Jackie y Lee eran realmente S/M. Jackie era la sádica y Lee la masoquista”.

Lee también se divorció del príncipe polaco –a pesar de ello seguían refiriéndose a ella como princesa en muchas fiestas de sociedad– y, en un nuevo capítulo de su azarosa vida sentimental, estuvo a punto de casarse con el magnate hotelero Newton Cope, a quien dejó plantado en el altar mientras éste ya disfrutaba con sus invitados del champán y la comida preparada para la celebración. Al parecer, no estaba de acuerdo con el acuerdo prenupcial. A pesar de la aquello, la pareja no quiso declinar la luna de miel y se marcharon juntos al Caribe, como tenían previsto. En 1988, siendo relaciones públicas de Armani, volvió a pasar por la vicaría con el escenógrafo Herbert Ross, del que de nuevo terminó divorciándose.

Una vida amorosa intensa también marcada por la tragedia. Su muerte se produjo tan solo unos meses antes de que se cumplieran 20 años del accidente que se cobró la vida de su sobrino John F. Kennedy Junior y su esposa, Caroline Bessette, a bordo de una avioneta cuando estaban a punto de llegar al enlace de su prima Rory Kennedy, el 16 de julio de 1999. Solo un mes de aquello, su hijo Anthony Radziwill moría a consecuencia de un cáncer. Lee quedaba sumida en la tragedia. Su vida ha sido de luces y sombras. Interiorista, escritora y actriz, probó suerte en el mundo del cine pero no tuvo demasiado éxito. También lo intentó con la fotografía.

En 2003, publicó su libro Tiempos felices y ajustó cuentas con el pasado. “Pasamos momentos fantásticos juntos, él fue una gran influencia para mí, tenía un don extraordinario para escuchar confidencias”, escribió Lee sobre Capote, de quien se alejó después de que el escritor hiciera públicas sus confidencias en Plegarias atendidas, el libro que le costó su ostracismo social. Una vida única e irrepetible cuyos pedazos podrá comprar cualquier persona con un buen puñado de dólares el próximo 17 de octubre.

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