Este pasado sábado, Meghan Markle sorprendió al público al viajar en solitario a Estados Unidos para disfrutar de la final femenina del US Open que disputada su gran amiga Serena Williams. De la misma manera que le hemos visto en ocasiones anteriores acudir a las pistas de Wimbledon para animar a la tenista, la duquesa de Sussex no ha dudado en volar hasta la ciudad de Nueva York para estar presente en una cita tan importante. Una aparición que, como era de esperar, acaparó toda la atención mediática.

Para una ocasión como esta Markle eligió un estilismo informal y rompedor, alejado de los looks sobrios y elegantes de otras citas, protagonizado por un vestido denim y chaqueta gris de J Crew. Además, para completar el outfit la duquesa de Sussex se decantó por un bolso también en gris firmado por Carolina Herrera y las clásicas gafas de estilo aviador de la firma de Victoria Beckham.

Sin embargo, el detalle más importante del estilismo iba a estar en la elección la joya. Para la tarde de tenis, Meghan Markle optó por un colgante con gran un significado: junto a una fina y elegante cadena de oro colgaban dos pequeñas chapitas con dos iniciales, una de ellas la ‘H’, en homenaje al príncipe Harry, y otra la ‘A’, por el pequeño Archie. Una pieza de la firma Mini Mini Jewels que no podíamos pasar por alto.

De esta manera tan especial, la duquesa de Sussex demuestra que siempre los lleva junto a ella, incluso a 5.000 kilómetros de palacio.

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